Centro de Estudios de Postgrado
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
Universidad Central de Venezuela
Doctorado en Ciencias Políticas 2015-2
SEMINARIO
Pensamiento Político Venezolano: corrientes
conservadoras
Reseña de la obra “Golpe y Estado” de Arturo Uslar
Pietri
Instructor: Dr. Guillermo
Aveledo Luis Bracho M.
C.I.V- 4.640.334
INTRODUCCION
Hablar de uno de los Venezolanos que más ha influido en la
historia reciente se constituye en un reto por demás exigente para un
estudiante novel en estos asuntos. Pero sobre todo hablar de historia cuando se
ha sido, si bien no protagonista, testigo de los eventos que se estudian,
representa una ventaja mayúscula en comparación con los estudiantes que solo
conocen lo relatado por los libros y lo reseñado por los medios de
comunicación, que como sabemos deben pasar por el tamiz fino de la
investigación historiográfica para poder
extraer la realidad de la masa informe de la información.
Hablar de historia cuando se ha presenciado los eventos también
sitúa al interlocutor en una posición de desventaja en el tema que pudiese
tener mucha relevancia al momento de analizar en forma objetiva este devenir, ya
que ha tenido que tomar partido, o ha tenido que ser neutral en esos eventos.
Amén que también lo sitúa como parte ignota de la historia, pero historia al
fin, y con la edad y madurez suficiente (nuestro caso) para comenzar a entender
el apasionante campo de la política el cual es transversal a nuestras vidas.
Es el objeto de este escrito el comentar la obra “Golpe y Estado”
del escritor venezolano Arturo Uslar Pietri, y que se constituye, según el
autor, en la explicación de los eventos que dieron como resultado el golpe de
estado de febrero de 1992.
Hemos querido revestir esta reseña de la informalidad necesaria
para discurrir a través de un texto que carece de una estructura cronológica
definida y que viaja en el tiempo entre los eventos que son considerados
importantes y que se plasman en la obra en forma magistralmente desordenada.
También debemos invariablemente comentar algunos aspectos de la
personalidad del autor así como su momento histórico, el cual fue extenso, para
poder entender sus planteamientos y así poder evaluar en última instancia la
pertinencia de los mismos.
Antes de continuar debo confesar mi admiración por el personaje y
además admitir que fui consuetudinario telespectador “invisible” de su programa
valores humanos. Pero también debo hacer saber que luego de finalizado el curso
he sabido ser más crítico y analista al respecto, lo cual a veces enfrenta las
ideas preconcebidas con los conocimientos adquiridos.
Por último y no por eso menos importante, debo significar que en
las siguientes páginas me permitiré emitir algunos comentarios y opiniones que
son solo producto de la limitada observación de los eventos que un profano en
cuestiones de política pudiera tener y que tal vez pudiesen ser visto como
juicios de valor inaceptables en el proceso científico, pero que pensamos no
han tenido otro asidero que la misma observación y análisis personal y el
intento sincero de explicar algunas situaciones que por su concepción social y
por manejar la variable humana, no es explicable de otra forma.
ARTURO
USLAR PIETRI
Desde la lucha de independencia Venezolana los historiadores han sido
testigos de una cantidad de situaciones que han dibujado la diatriba política
del país. Pero es en el siglo xx cuando
se han producido, a nuestro entender, la mayor cantidad de eventos que han
caracterizado las particularidades de nuestro devenir histórico y político.
Muy pocos testigos han podido ver transcurrida su vida durante
todo este lapso, sobre todo con la capacidad crítica y literaria como para
constituirse en relatores calificados, si bien no totalmente imparciales,
como Arturo Uslar Pietri.
El Dr. Uslar Pietri nace el 16 de Mayo de 1906 en el seno de una
familia constituida por los descendientes de dos familias extranjeras. Los Uslar
provenientes del apellido de un militar alemán llegado a Venezuela durante la
guerra de independencia y los Pietri, descendientes de comerciantes corsos que
arribaron al oriente del país. Arturo Uslar Pietri (en adelante AUP) se encontraba
muy cercano al poder político de la época tanto así que su padrino de bautismo
fue el para ese entonces el presidente de la república Cipriano Castro y su
madrina fue su esposa Doña Soila.
A los 14 años según sus propias declaraciones en la entrevista
para la televisión Colombiana denominada “Palabra Mayor” en 1992, inicia su
pasión por las letras con un escrito sobre el cambur o banano, y vimos como
continúa ininterrumpidamente hasta su desaparición física el 26 de Febrero de
2001.
Entre sus libros podemos destacar “Lanzas Coloradas”, “Camino del
Dorado”, “Oficio de difuntos” y “La isla de Robinson” entre otros.
Ostentó los cargos de Ministro de Educación Nacional del
presidente Eleazar López Contreras, Ministro de Relaciones Interiores, de
Hacienda y Secretario de la Presidencia de la República del presidente Isaías
Medina Angarita, y senador de la República en dos oportunidades; además de
candidato presidencial.
Cabe mencionar que en esta un muy fértil producción literaria destaca la longeva
columna periodística “Pizarrón” y su igualmente longevo y recordado programa de
televisión “Valores Humanos”; lo que le califica como un autor literario y
actor político que supo manejar los medios de comunicación tanto impreso como
audiovisual.
Es necesario aclarar que después del golpe de estado de 1945 que
depone al gobierno del presidente Medina Angarita, del cual forma parte, y
luego del cual fue desterrado; a su regreso aún cuando se embarcó en algunos
intentos por lograr retomar las posiciones de poder perdidas , nunca pudo
lograrlo. Esto marcó en forma determinante su pensamiento político y es el
marco conceptual donde encierra el argumento de la obra que procederemos a
comentar.
Esta obra es llamada “Golpe y Estado” y no la mencionamos cuando
citamos algunos de sus libros por considerar, luego de su análisis detallado
que constituye una compilación de artículos y no una obra literaria en si
misma; algunos de la columna Pizarrón y otros escritos de diferentes épocas,
que a juicio del autor explican e inclusive predicen los acontecimientos
relatados y que no son más que las causas del intento de golpe de estado de
1992.
AUP se gradúa de Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad
Central de Venezuela e inmediatamente es misionado por el gobierno de Juan
Vicente Gómez, al servicio exterior, desempeñándose como agregado civil de la
embajada de Venezuela en Paris, allí estuvo bajo las órdenes de Laureano
Vallenilla Lanz. Al finalizar esta misión y luego de la muerte de Gómez le es
ofrecido el ministerio de Educación Nacional en el gobierno de Eleazar López
Contreras, sucesor de Gómez en el poder.
Podemos inferir
por estas circunstancias que existió una cercanía marcada con las instancias
del poder político que en ese momento regía los destinos de la nación.
Pudiéramos diferenciar dos tipos principales de obras en AUP, sin
menoscabo de otras producciones; unas, las obras puramente literarias donde el
contenido político pudiera verse camuflado por los giros de las diferentes
formas de expresión literaria y otras, los artículos donde en forma directa
esgrimía razones o tomaba partido en circunstancias específicas del devenir
nacional.
El autor se interesa en forma determinante por la producción
literaria dando a luz novelas de altísima calidad y además la situación del país
y sus altibajos también llama su atención al punto que logra establecer un
equilibrio entre estas dos tendencias hasta el final de sus días.
Hemos comentado que el golpe de estado del 18 de Octubre de 1945
tuvo profundas repercusiones en su pensamiento político y en sus productos
intelectuales, el cual según sus propias declaraciones en el programa “Primer
Plano” moderado por Marcel Granier en noviembre de 1992, si le hubiesen dicho
la noche anterior que iba a ocurrir ese golpe, él no le hubiese visto la razón.
Creemos que ese día es el punto de quiebre, según AUP, entre dos etapas de la
historia Venezolana y que ahora comentaremos en profundidad.
La primera frase del libro “Golpe y Estado” es: “Lo que ha
ocurrido en Venezuela el 4 de febrero de 1992 se veía venir desde hace tiempo.”
Esto contrasta con las declaraciones en el programa citado. ¿Cual era la
diferencia fundamental entre ambos acontecimientos que uno era insospechado y
el otro saltaba a la vista? Y sobre todo cual es la motivación para escribir, o
mejor, para compilar los artículos que conforman el libro, que por cierto es
oportuno mencionar que luego de su salida a la luz pública fue sacado de
circulación y prohibido por un gobierno que vio en él algún tipo de amenaza.
Esta es posible sea la razón de su dificultad de hacerse de una copia de tan
renombrado texto; es por eso que recurrimos a la versión electrónica que se
reseña en la bibliografía.
Antes de pasar a analizar la estructura de la obra nos
permitiremos transcribir el último párrafo de la introducción que según el
autor describe las razones por las cuales se ha escrito sobre tan álgido tema:
“He escrito estas páginas no para defender posiciones y atacar
adversarios, sino para invitar a todos los venezolanos a una necesaria y
salvadora actitud de enmienda de los errores tan costosos que hemos venido
arrastrando hasta hoy.”
Es muy cuesta arriba pensar que un venezolano de la talla de AUP
en la década final de su larga vida escribiese estas palabras sin realmente
pensar en forma objetiva sobre lo que estaba diciendo, así que le concederemos
el beneficio de la duda al momento de elaborar nuestras conclusiones, sobre
todo ante las circunstancias de las que actualmente somos testigos.
GOLPE Y ESTADO
Consideramos a continuación la estructura de la obra y nos damos
cuenta que básicamente está conformada por una introducción y siete capítulos
designados con números romanos, luego hay una serie de 21 capítulos con títulos,
lo que supone son artículos individuales e independientes. Además se anexan
cinco cartas abiertas las cuales tres están dirigidas al presidente de la
república, al congreso nacional y a los partidos políticos representados en el
congreso y dos a los magistrados de la extinta corte suprema de justicia y
donde se insta, avaladas estas por la firma de venezolanos ilustres y otros no
tanto, a realizar las enmiendas necesarias para salir de la crisis que en ese
momento se planteaba como prioridad nacional.
Esta estructura dista mucho de ser lo ortodoxa y apegada a la norma
como lo son el resto de las obras convertidas en libros como “Nuevo mundo,
mundo nuevo”, “El camino del dorado”, o “ Lanzas coloradas”, además observamos
que su fecha publicación, entre el 4 de febrero y el 27 de noviembre del mismo
año cuando se gesta otro intento de golpe y del cual no se hace mención, es
indicio que el tiempo de preparación del libro fue corto.
De cualquier forma existen varias ideas recurrentes que es
necesario revisar para entender la intención y profundidad de la obra y que
brevemente revisaremos a continuación.
En primera instancia referimos la significación de la fecha 18 de
octubre de 1945, fecha en la cual es dado el golpe de estado al gobierno de
Isaías Medina Angarita y que es visto por AUP como el inicio de la debacle
sufrida por Venezuela en todo el resto del siglo. La ruptura del hilo de
continuidad de un proceso de “adecuación” del pueblo para pasar de la barbarie
vivida en la guerra de independencia y las posteriores revoluciones, a la vida
republicana democrática y estable. Proceso que no pudo completarse por la
ambición de un pequeño sector de la población y que es la causa de haber
abrazado sin preparación un proceso democrático por lo que este degeneró y se
convirtió en la principal razón del golpe de 1992.
La segunda recurrente idea es el respeto al pueblo en la
alternabilidad del poder. Una de las razones que esgrime en varias
oportunidades en el libro es la inconveniencia de aceptar la candidatura del
anterior presidente Gral. Eleazar López Contreras en las elecciones que debían
llevarse a cabo luego que finalizara el gobierno de Medina Angarita, ya que
esto podía verse como un solapado acuerdo para alternar en el poder a dos
actores que en el fondo representaban la misma tendencia. De esa forma rechaza
el “pacto de Punto Fijo” donde lo que se hace es precisamente acordar, ya no en
forma tácita, la alternabilidad del poder entre los mismos actores y
repartiendo las prebendas que las posiciones de relevancia política otorgan y
haciendo que la oposición sea sólo un saludo a la bandera. Esta carencia de
oposición seria, a juicio del autor, disfraza el sentido propio de la
democracia y la convierte en un ejercicio de complicidad en los actos de
corrupción que ha visto en el transcurrir de su vida.
La incapacidad manifiesta de los funcionarios públicos en
funciones de gobierno que se dedican a seguir haciendo política partidista y
desvían su rumbo lejos de su labor primordial que es la de gobernar a un pueblo,
producto de su falta de preparación en los aspectos técnicos y estructurales
del arte de gobernar, es otra idea que el transcurso del libro se presenta en
varias oportunidades y según él es la explicación de los grandes errores
cometidos durante los gobiernos que fueron los protagonistas de la historia
previa al fallido intento por hacerse del poder en 1992.
El desmesurado crecimiento de un estado que lejos de depender del
pueblo, el pueblo depende de él, es la idea que tal vez se repite con mayor
vehemencia durante la obra. La explicación de la inherencia del gobierno en
todos los aspectos de la vida pública, como lo es el económico, social,
político y partidista, dejando vacío el espacio que debiera ser llenado por las
actividades propias de un gobierno y el aumento del número de ministerios y
organismos burocráticos, trae como consecuencia que se diviertan recursos en
actividades que lejos de contribuir al bienestar nacional, sumen a la población
en una dependencia total del estado. Esto es explicado por el autor en el hecho
que naturalmente un gobierno no puede intervenir en las actividades que son de inherencia privada
por concepto, como lo es la producción de los bienes de servicio y de consumo.
El estado al incursionar en estas actividades sin el conocimiento de las mismas
comete el error de promocionar la corrupción y el clientelismo y por supuesto
ser ineficiente.
Por otra parte hay una crítica repetitiva al concepto de partido
político que se ha consolidado como el modelo Venezolano de partido. Refiere
AUP que el concepto de partido político hecho realidad por la dirigencia del
partido Acción Democrática, y proveniente de una adaptación de la concepción
partidista comunista imperante en la Unión Soviética de la época, es un modelo
erróneo y diametralmente opuesto al concepto que debió haber sido seguido en el
momento en que se dio la regularización y legalización de los partidos en
Venezuela. Este modelo de partido se deslinda de los intereses del pueblo y se
concentra en la hegemonía de los miembros y simpatizantes, inclusive comenta
que llamar a Acción Democrática “el partido del pueblo” es una frase que
contiene una negación en si misma, ya que nunca el pueblo fue el principal
interés del partido, el partido fue el principal objetivo de si mismo. Esta
característica promueve el ejercicio de algunas aberraciones como son la
lealtad a ultranza de los miembros y simpatizantes para con los dirigentes y
viceversa, la asignación de los cargos públicos como premio o pago a favores
recibidos y como parte de cuotas de poder concertadas, y la utilización del erario para el sustento
del partido entre otras.
Las ideas recurrentes se evidencian durante la totalidad de la
obra hasta tal punto que el lector pudiese confundir su avance en la lectura ya
que casi se exponen con los mismos argumentos y expresiones, y que han sido referidas
hasta el momento, son a nuestro juicio las más relevantes y que se exponen con
mayor recurrencia, lo que intuimos refleja la importancia que el autor le
concede. Sin embargo hay una idea de fondo que es primordial y transversal a
las otras y se direcciona a la renta petrolera. Se hace referencia a la siembra
del petróleo como único procedimiento salvador para estabilizar la economía
futura. Critica la falta de previsión en el manejo de las inmensas fortunas que
se recibieron en materia de renta petrolera y que no fueron utilizadas para
invertir en otros recursos pero renovables que hubiesen hecho que Venezuela se
hubiese convertido en potencia mundial y que el petróleo lejos de convertirse
en el instrumento material de nuestro desarrollo, se consolidó como el
obstáculo que evitó nuestro progreso dado los beneficios sin esfuerzo que
recibíamos y que nos hizo holgazanes y dependientes. No pierde oportunidad para
indicar que aún es tiempo de poner en práctica tales medidas de inversión y que
seguramente garantizarían el futuro de nuestra nación.
El libro como hemos relatado inicialmente finaliza con una serie
de misivas que se hicieron públicas y que son dirigidas al presidente de la
república, miembros del extinto congreso y otras a los magistrados de la
inexistente corte suprema de justicia. En estas se exige la rectificación y se
incluyen algunas de las soluciones las cuales están todas basadas en las ideas
que se plantearon a través del texto, lo que da a entender, aunque las cartas
tienen múltiples firmas, la influencia marcada que tuvo en su redacción. No
tenemos conocimiento que estas cartas fuesen contestadas o que ni siquiera
algunas de sus sugerencias fuesen tomadas en cuenta.
No hemos tenido conocimiento formal de las repercusiones de esta
inacción, pero el 27 de noviembre de ese mismo año de 1992, se produjo otro
intento de golpe de estado. Y aún así no se produjeron cambios significativos
en el modelo desgastado de democracia que vivíamos.
Los golpes de estado y sus protagonistas los militares ocupan su
lugar en el texto donde sin justificarlos pero dándoles la razón de su acción
(en toda américa latina), asegura que las iniciativas de este tipo siempre han
servido para deponer gobiernos corruptos y que son la expresión de el
desencanto popular.
En la lección magistral dictada el la Academia Militar de
Venezuela en noviembre de 1991, y a la que tuvimos la dicha de asistir, AUP
aseguró que los militares podían realizar otras actividades distintas a las
relativas a la seguridad y defensa y que las naciones se verían alimentadas en
sus cuadros de administración de actividades productivas y de gobierno por
ellos.
De cualquier forma en el texto le da al estamento militar una
capacidad de análisis situacional capaz de ser insumo para una intervención del
calibre de un golpe de estado.
La manipulación de la historia por parte del vencedor es también
tocada por el autor, acusando a Acción Democrática de borrar la memoria del
venezolano y de crear una realidad paralela para ese momento histórico y para
las futuras generaciones. Este procedimiento hizo que se aceptara unas
situaciones que estaban reñidas con la realidad y que justificaban los desmanes
que se cometieron en nombre de la democracia.
Estas ideas recurrentes se
consolidan entonces en las razones por las cuales un sector de la juventud
militar de ese entonces, se levantó en armas contra el gobierno de Carlos
Andrés Pérez. Durante el texto se logra hilar los acontecimientos en tal forma
que describe desde los días de la independencia hasta el instante de la
intentona golpista, las causas del evento en cuestión.
CONCLUSIONES
Finalmente nos proponemos dejar algunos pensamientos libres para
que sean evaluados en su pertinencia y sobre todo en su actualidad vistos los
acontecimientos que vivimos y que luego de la lectura del texto en cuestión
dejan un sabor de “deja vu”.
La personalidad de AUP está signada por el fracaso en las
aspiraciones de poder que se vieron truncadas en 1945 y que luego de algunos
intentos de recobrar las instancias perdidas fueron abandonadas, dedicándose el
autor a la observación crítica de los acontecimientos, observación que si bien
es cierto no es imparcial, no deja de tener las aristas razonables para ser
tomadas en cuenta por los estudiosos de las diatribas políticas de Venezuela.
Si nos enfocamos en las ideas que en forma recurrente son
expuestas en el texto nos podemos percatar que son manejadas en forma magistral
para enlazar su ocurrencia con errores cometidos en su ámbito. Esto produce un
despertar crítico en el lector que sin otro marco de referencia que la lectura misma,
pudiera generar una corriente de pensamiento que justificara toda la gestación
de los futuros acontecimientos políticos destinados a reparar o a subsanar
estos errores producto de las situaciones descritas.
Sin embargo el autor no deja de tener razón en el origen de los
problemas, los cuales son como sus ideas, recurrentes en la historia del país,
y aunque se le han enfrentado algunas soluciones, estas no han sido suficientes
para resolverlos. Solo faltaría que las
soluciones planteadas por el autor fuesen efectivamente puestas en ejecución y
así evaluar si realmente son las soluciones. Esto debemos contrastarlo con el
“costo político” de sus soluciones, el cual en algunos casos, sino en su
mayoría, es muy elevado.
Pero en el fondo hay algunos aspectos que deben ser analizados en
forma imparcial. Uno de ellos es la concepción propuesta de partido político,
lo cual según vimos no es la adecuada, según AUP, para constituirse en el instrumento
para la búsqueda del poder político y que sea compatible con el concepto de
pueblo y libertad.
El otro aspecto que debe considerarse es “sembrar el petróleo”.
Indudablemente si hacemos gala de nuestra vocación patriota podemos darnos
cuenta que la renta petrolera no debería ser la base de nuestras aspiraciones
de nación desarrollada sino la complementamos con la correcta inversión de sus
ganancias, sobre todo en una época en la cual el zenit petrolero es una
realidad y donde se prevén energías alternativas limpias que invariablemente
sustituirán al petróleo en un futuro a mediano plazo, dándonos pocos años para
el ejercicio de inversión propuesto.
Si bien es cierto que estos últimos párrafos no son reflejo de los
comentarios dela obra, si lo son de las ideas propuestas y esto refleja un
aspecto que pudiera ser controvertido y es la actualidad del texto.
Indudablemente lo cíclico de la historia ha hecho que este texto sea leído
sabiendo que forma parte de la historia y notando que se habla de temas
actuales, y lo que es más impresionante es que propone claramente el
procedimiento para resolver los problemas. Entonces acaso AUP tuvo razón en sus
planteamientos como sus defensores claman, o solo es un profeta del desastre
que con sus escritos tipo “te lo dije…” explicaba a posteriori las soluciones a
los problemas cuando las que se aplicaban fallaban. Lo cierto es que hay un
común denominador en sus ideas y es la conformación cultural e intelectual del
venezolano la cual en los casos en que no son favorable incapacitan para
siquiera darse cuenta de las situaciones y que de no existir el correctivo
llevarían a la nación a una debacle anunciada, que predice será nuestro futuro.
Luis Bracho Magdaleno
San José de los Altos 27 de marzo de 2016