miércoles, 20 de abril de 2022

Educación a distancia o Taller Victor

 Educación a Distancia o Taller Víctor

 

            Durante el segundo año de bachillerato y creo que enfrentando una de las primera asignaciones grupales, decidimos reunirnos una de las tardes que teníamos libres mi amigo Víctor y yo en el taller de su papá que reparaba televisores y quedaba muy cerca de mi casa y del Liceo Cecilio Acosta donde estudiábamos. El plan era el siguiente, el grupo, el cual tenía de integrantes los inteligentes del salón, (los inteligentes siempre se juntaban y los menos aventajados también lo hacían, júntese con los que estudian, era el consejo de mis padres); y nos dividimos los temas a exponer y nos tocó algo acerca de la célula; me llevaron al taller Víctor, donde ambos padres intercambiaros saludos cordiales y fui dejado al cuidado del técnico. 

            

            La primera impresión fue el hacinamiento de equipos de televisión y radio, algunos desarmados y otros con su etiqueta de ya reparados. Al llegar al patio interior de la casa la visión fue casi la misma pero muchísimos mas equipos atestando la estancia, desordenadamente apilados donde habia techo dejando muy poco espacio para nosotros. Volé haciendo mi parte, terminé en un instante lo que tenía como parte de mi responsabilidad en el equipo, todos esos aparatos tecnológicos me llamaba la atención, quería ver de que se trataba todo aquello. Víctor (hijo) me explicó que habían sido abandonados por sus dueños, algunos estaban buenos y no habían sido buscados, otros no tenían reparación y otros fueron abandonados al conocer el costo de su reparación. Pero el señor Víctor no disponía de ninguno, creo que estaba a la espera de que los buscaran algún día. 

            Allí conocí los radios y televisores de tubos (válvulas al vacío) y de transistores, maravilla moderna que hacían muy pequeños y portátiles los equipos, al punto que podían usar baterías para su funcionamiento. Disculpen la distancia tecnológica a las maravillas actuales de la miniaturización. Había un radio de onda corta que estaba reparado y no había sido retirado. Sintonizamos Radiodifusora Venezuela  790 AM pero que transmitía tambien en onda corta. (La Estación de la Alegría, Caracas), Jesús Leandro y Ciclo Pop, era una emisora y un programa de música moderna! Y de Caracas! Impensable, estuvimos hablando de eso con el pilón (reunión de amigos generalmente realizada en la plaza “La Alameda”) como dos años. Sentí entonces curiosidad, tal vez afinidad con esa carrera, me pareció que la tecnología era un área muy interesante y le pregunté a Victor como había aprendido eso su papá, me contestó que se había graduado en National School y me enseñó dos tomos gruesos como guías telefónicas, a través del cristal de un estante donde con llave se guardaban para referencia según me explicaron y que eran fascículos que habían sido empastados  para conservarlos. Además, orgulloso me mostró el título obtenido: Técnico en Radio y Televisión, estaba escrito en inglés pero las palabras radio y televisión se escriben igual y technician y técnico se parecen, además, ya estaba en segundo año, ya sabía algo de ingles…. La segunda pregunta fue dónde queda esa escuela y me contestó que en los Estados Unidos; esa respuesta me sorprendió, ¿y cuando viajó tu papá a los estados unidos? No vale, lo hizo por correspondencia… algo se produjo en mi mente, era extraordinario eso…

 

            Entonces era posible estudiar por correspondencia, era un profesional exitoso, había levantado su familia con esa profesión.

            

            Ese día cuando papá fue a buscarme le comenté que quería estudiar electrónica radio y televisión por correspondencia, se alegró, y fuimos directo a comprar mi primera Mecánica Popular, mayo del 71, luego la seguiría comprando religiosamente por casi 20 años, ahora la leo gratis en internet.

 

            Alli en la revista fui presa del marqueting, había un anuncio más llamativo, era de Hemphil School, quedaba en Benton Harbor, Michigan y alli me inscribí. Recibí mi primer fascículo de unas 15 páginas, tenía un mes para aprenderlo y contestar el exámen que estaba en la última página, y enviarlo junto con el giro postal por 20 Bolívares para recibir la siguiente lección. Leí ese primer fascículo un millón de veces en ese mes,  En dos años completé las lecciones, nunca fallé un exámen no recuerdo realmente porqué no completé el entrenamiento y recibí el diploma. Lo cierto es que comencé a trabajar mientras terminaba mi bachillerato; Bonalde, compañero de salón de mi hermano menor había desertado del liceo y montó un taller de reparación de radio y televisión donde él se especializaba en reparar los televisores y yo los radios y equipos de sonido, además instalaba los reproductores en los carros. Pioneer KP9000 era mi especialidad. Estudiar a distancia pudo haber sido mi fuente de conocimiento necesaria para enfrentar la vida, sin embargo los estudios formales y el deseo de mis padres de que finalizara el bachillerato ganaron la pelea. Tal vez por eso no continué en la escuela de Michigan. Años más tarde intenté avanzar el la universidad abierta pero creo que el diseño de los libros no era el adecuado. Nada que ver con los fascículos de Hemphill School.

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